Fiel a las costumbres de los países del hemisferio sur, Australia no solo ha importado el rugby, que fue creado por los ingleses, sino que lo ha trabajado y perfeccionado convirtiéndose en una potencia mundial de las que siempre van a sacar diferencias en las competencias internacionales en las que se presente. Junto con Sudáfrica y Nueva Zelanda integra ese podio imaginario que la distingue y magnifica delante de todos los demás seleccionados que vienen por detrás. La cultura de este deporte habla del compañerismo y la solidaridad argumentando que solo el juego en equipo puede llevar al éxito sin importar que tan buenas sean las individualidades.

La camiseta de la selección es amarilla y los pantalones verdes, se los conoce como los “Wallabys”, que es un animalito similar al canguro aunque un poco más pequeño que es característico de Australia. Las ligas locales son profesionales y muy competitivas y cuando se presenta el seleccionado nacional en Sydney, más de 90.000 colman el estadio para ver a las estrellas en una nueva batalla. Se dice que quien no lo practico o lo miro desde pequeño nunca podrá llegar a entender porque este deporte moviliza tanto a quienes lo siguen.